Recuerdo con carino y emocion mi infancia en Fray Bentos.
Los veranos, como en este mes de diciembre llegaban con la ilusion de las vacaciones tan proximas.
Las de los fraybentinos siempre fueron relacionadas con el esplendor del Rio Uruguay.
La playa Ubici, el Club Remeros, la Ensenada, El Raviol, la Playa de Los Ingleses en la monumental ruina
del frigorifico Anglo, y la maxima de toda la cuenca del rio, Las Canas.
Las tardes de pezca de mojarras, bogas, pejerrey, y las piranas que bajan desde Brasil.
Las noches de paty, bagre, pacu... y cuando se llegaba a la adolecencia, el rito que daba entrada al club tan
cerrado de la pezca deportiva de alto voltage: el dorado!
Para los que nunca lo vivieron, todo lo que puedo contar parecera mito, pero enganchar un dorado con
aparejo a mano pelada, es una emocion extraordinaria. Estoy hablando del tigre del Rio uruguay, un bicho que
ataca la carnada de sabalito y arranca con una violencia increible.
Vos lo dejar correr unos ocho o diez metros y le pegas el tiron.
Cuando siente el anzuelo, pega un salto vertical y aparece su cuerpo dorado de escamas, brillando a mas de un metro
sobre las aguas del rio. A partir de alli, tenes que darle lucha leal y ganarle una larga pulseada, que si la ganas te deja
con los brazos acalambrados y una sonrisa de guerrero de ojos brillantes.
En este periodo del anio habia un fenomeno que siempre me maravillo. Por sobre las islas que dividen las
aguas territoriales de Uruguay y Argentina, llegaban con la brisa caliente del pampero, nubes, digo bien
nubes de mariposas amarillas.
Las calles de la ciudad, los parques, las canchitas de futbol, las playas, todo lo que significaba la
proxima libertad al salir del anio escolar, quedaba cubierto por una alfombra magica de fragiles suspiros
amarillos.
Yo creia que eso era un fenomeno exclusivo de mi Fray Bentos. Hasta que un dia escuché aquella cancion,
«Macondo». No se si se acuerdan de aquel grupo de cumbia que abundaba en sucesos radiales desde Buenos
Aires, Los Wawanco :
"Mariposas amarillas Mauricio Babilonia,
mariposas amarillas que vuelan liberadas..."
Fue en ese periodo que Gabriel Garcia Marquez se convirtio en la nueva estrella de la literatura latinoamericana.
Mas tarde, cuando el tiempo empezo a hacer su trabajo con los de mi generacion, irse a estudiar o a
buscarse la vida a otros horizontes, nos cruzabamos en alguna reunion de casa o de boliche montevideano
e intercambiabamos noticias de nuestro Fray Bentos.
A partir de ese momento que con mis amigos nos contabamos del ultimo chisme o viaje a Macondo.
Fray Bentos ya habia sido un lugar referente para el gran Jorge Luis Borges. «Funes el memorioso» y otros cuentos
maestros, relatan de su paso por la ciudad que en la epoca de gloria de la industria frigorifica, vivia de vacas gordas.
Mis bisabuelos italianos, vascos y criollos vieron la llegada de las Liebigs, familia industrial del sur de Alemania
en el siglo XIX, y su vision del saladero de exportacion intercontinental.
Despues, la llegada de los ingleses a comienzos del siglo XX para fundar el Anglo, trayendo por primera vez a
Sudamérica lo mas avanzado de la tecnologia de la Revolucion Industrial, lograr el corned-beef y darle trabajo y
reconocer derecho sindical en abundancia a los obreros que ya eran criollos, argentinos,
vascos, brasileros, paraguayos, judios, hungaros, polacos, libaneses, espanoles, italianos...
Los ultimos veranos, seguian trayendo hacia el balneario Las Canas, alrededor de cuarenta mil argentinos.
Despues aparecio la perspectiva de inversion millonaria y de trabajo para la gente de la zona.
Llegaban firmas finlandesas y espanolas, y se puso de moda la palabra, celulosa .
Fray Bentos se iba a vestir de domingo, como en los tiempos de antes, vio?
Los jovenes iban a poder salir a tomar un cafe o a sentarse en las terrazas con la novia y los amigos en otras fechas
coincidentes con el pago de la jubilacion de los viejos.
Si, de eso vive la ciudad hoy. Del turismo y las jubilaciones.
Desde hace un par de diciembres, el rio trae otro tipo de mariposas amarillas.
Son una plaga triste, que corta la comunicacion a ambos lados del rio, desnaturalizando el sueno de hermandad
que se habia materializado con el Puente Fray Bentos - Puerto Unzué.
Son mariposas que llevan y traen dibujados en sus alas, mensajes de patriotismo nacionalista, de verdades necias y mentiras piadosas.
Ya no pueden pasar los turistas. Ni los fraybentinos que emigraron a Argentina pueden volver a ver a la familia.
Entonces se quedan dias enteros en Gualeguaychu, en Concordia y alrededores tratando de encontrar la manera de cruzar el rio.
Hoy desde Paris veo a mi Macondo con ojos de nino. Como siempre, en mis venas corre el rio.
Bienvenida la mariposa que nos envia Mario Féliz. Llega como una paloma mensajera para decirnos:
«la Patria son mis hermanos que están labrando la tierra» en ambas orillas del río de los pájaros.
Y gracias a Tania Toyos por haber encontrado este articulo (*)
REQUIEM PARA UNA ASAMBLEA (*)
Mentira y poder
Por Mario Féliz
"La razón de este gran celo por ver la llanura de la
Verdad es que el pasto adecuado para la mejor parte
del alma es precisamente el de aquella pradera, y la
naturaleza de las alas por las cuales el alma adquiere
su ligereza se nutre precisamente de él."
Thomas Cahill
[1]
Ha pasado casi un año desde que, el conflicto por las plantas de celulosa, sacudiera el país. Entonces, no pude resistir involucrarme principalmente por la evidente ignorancia que, sin inhibiciones, exhibían aquellos que hablaban sobre el tema a través de los medios de difusión.
Desde el lugar de viejo profesor de química, siempre interesado en los «problemas del país», pensé que era mi obligación contribuir a la ilustración popular. ¡Para ello debía estudiar! Sabía un poco de química pero, jamás había prestado atención a la industria de la celulosa.
Después de investigar el asunto durante un buen tiempo, con exclusiva dedicación, imaginé que podía decir algo y redacté «Soldados de cartón» [2]. Desde entonces, con mínimos altibajos, mantuve mi interés en el tema aprendiendo y escribiendo.
Hoy, sintiéndome todavía un intruso, después de leer y escuchar -a científicos y técnicos dedicados pro-fesionalmente a la industria celulósica- después de observar y reflexionar creo hallarme en condiciones de alardear por la posesión una base suficientemente sólida como para analizar el problema en la inte-gridad de su trama compleja.
Aún estoy convencido de que el sustento del conflicto es la ignorancia de los más. No obstante, ya no albergo dudas de que las causas de su nacimiento y persistencia se encuentran en el interés y la hipocresía de los menos, de aquellos que, al decir de Quevedo, «vuelven la cara hacia otro lado para dejar pasar la verdad». En realidad, algunos la sacrifican ceremonialmente auto-convencidos de que la ofrenda cotidiana, es inevitable para asegurar que cada noche muera al amanecer
[3]. Otros, simple-mente, la abortan terapéuticamente porque edifican poder o defienden intereses desde el hábito lúgubre de la mentira.
La verdad es que la planta de celulosa, que pronto estará construida sobre la ribera oriental del río Uruguay, no afectará la calidad de las aguas del río como no lo hacen similares instalaciones modernas en ninguno de los países que militan entre los grandes productores de celulosa (USA, Canadá, Suecia, Finlandia, Brasil, Chile, etc.)
[4]. La verdad es que, en la actualidad, esta industria se ajusta a las más estrictas normas y que las únicas referencias negativas agitadas por estas latitudes- agigantadas hasta la dimensión de fábula- eran falsas (Valdivia) o resabios de épocas pasadas (Pontevedra).
La verdad es que tampoco habrá «contaminación visual» sobre el balneario de Sánchez Álzaga, debido a que la distancia que lo separa de la fábrica de de 13,1 km!! Y, con tal separación, parte de la temida chimenea de (115 m) será absorbida por la curvatura terrestre y la imagen de los edificios, ubicados a 131 cuadras, apenas se observará desde la playa.
Pero la mentira no sólo ha sido el lenguaje de los «asambleístas» y de los políticos locales y nacionales. La mayor parte de la prensa oral, televisiva y escrita ha sido cómplice. Evidencia reciente, de ese compor-tamiento, lo constituye la fotografía engañosa, publicada por La Nación el lunes 16 de octubre y el martes 17 de noviembre de 2006. Las fotografías fueron atribuidas a Rodrigo Néspolo, fotógrafo habi-tual del matutino, quién usó un teleobjetivo de 300 mm.
Fotografía obtenida a través de un teleobjetivo de 300 mm.
La fotografía de más abajo, tomada con un teleobjetivo de 80 mm, presentada por el gobierno argentino ante La Haya
[5] , muestra una imagen más real de la visión desde Ñandubysal. Desde luego, a ojo desnudo, la otra orilla se confunde con el horizonte y no representa contaminación visual alguna.
Fotografía obtenida a través de un objetivo de 80 mm.
A pesar de que hay quienes todavía repiten frases hechas de falsedades, los «asambleístas» (y los funcionarios) bien saben como son las cosas. Por ello repiten:
«No queremos monitorear, no queremos las plantas» . Naturalmente, el control pondría en evidencia la falsedad de todo el asunto. Mostraría la contaminación actual de los ríos y permitiría verificar en forma fehaciente futuras contaminaciones.
¡Por ello, al asambleísta Héctor Rubio, quien se animara a viajar y ver las plantas finlandesas, lo ejecuta-ron, lo borraron del mapa, lo condenaron al exilio!
¡En el pueblo el disidente no se atreve a opinar libremente! Se practica el hostigamiento y se promueve el miedo. ¿Y cuando alguien se anima a hacerlo??
La fotografía muestra el «escrache» de que fuera objeto la casa familiar de Rubio. Es inevitable recordar a los «camisas pardas» nazis pintando la estrella de David en las casas de los Judíos, ¿habrá que esperar una Kristallnacht a orillas del río de los pájaros?
Todos los medios de prensa locales trabajan en función de esta locura. El diario El Argentino, El Dia de Gualeguachú, Radio Máxima (FM), la AM 680 LT41, el gobierno municipal, las escuelas provinciales, etc., etc., propalan la nueva religión. Una especie de show televisivo, donde el rol de «Truman»
[6] lo juega el pueblo de Gualeguaychú. Un auténtico andamiaje totalitario.
Adorno
[7], nos dice: «El totalitarismo significa la ausencia de límites, la no concesión de tregua algu-na, la conquista con dominación absoluta, hasta el exterminio completo del enemigo escogido... Para la dominación totalitaria es esencial que nada esté garantizado, que no se interponga ningún límite a la arbitrariedad implacable».
Llaman «grito blanco» a la utilización de los niños en su cruzada, llevados por sus maestros, a su vez, obligados por el Gobierno provincial.
Con valentía, Rubio, en uno de sus recientes reportajes
[8], nos hace saber: «les dicen a los chicos en las escuelas que (por culpa de la pastera) no podrán tener hijos» . ¡Ya sabíamos que el maestro jubilado devenido apicultor, comerciante y asambleísta jacobino, Juan Veronesi, aleccionaba a alumnos y maestros en las escuelas locales, de lo cual se ha jactado públicamente! [9].
En los años sesenta y setenta, siendo estudiante en la Universidad de La Plata, solía escuchar en sus pasillos que la verdad nacía del fusil, haciendo una paráfrasis de Mao. Aprendimos que del fusil sólo emergen balas.
No obstante, aquel anatema ha sido hoy sustituido por otro más adecuado a la época: la verdad surge de la asamblea.
Einsten, quién se asombraba ante la inteligibilidad de la naturaleza, es decir, ante la posibilidad de comprenderla, también enseñaba que no se puede obtener un resultado diferente repitiendo el mismo procedimiento.
La verdad no nace de un fusil, tampoco nace de un repollo y mucho menos de una asamblea. La verdad no nace, se descubre. Es el resultado de la investigación. Diría que, básicamente, probar quién es el asesino implica el uso de un método similar al requerido para verificar si los bañistas de Ñandubaysal son alcanzados y dañados por los efluentes provenientes de la orilla opuesta o por los que descienden por el Gualeguaychú.
Algo huele mal en la comarca.
«Yo no estoy loco sino cuando sopla el Nordeste; pero cuando corre el Sur, distingo muy bien un huevo de una castaña». Hamlet
[10] .
Mientras tanto, los vecinos del Barrio Don Pedro se quejan porque los efluentes de la empresa RPB SA (Baggio), instalada en el parque industrial del pueblo, «afecta, no sólo al medio ambiente de ese lugar, sino también la calidad de los pozos de agua potable y la salud de los pobladores. Hay días en que el aire es irrespirable por el mal olor. Además, los estudios realizados en un laboratorio local, prueban la contaminación de las napas»
[11]. Baggio, en estos días, provee de bebidas a los piqueteros de Arroyo Verde.
En realidad en ese Parque, ubicado a la vera de la ruta 14 entre los dos accesos a la ciudad, se han insta-lado una treintena de empresas, la mayoría de ellas pertenecientes a la industria química o metalúrgica.
Veamos, a modo de ejemplo, un par de tales establecimientos. El primero, Laboratorios PYAM, fabrica pastillas potabilizadoras de agua. Lo hace a partir de un compuesto que libera hipoclorito (ClO- ) el cual finalmente produce cloro elemental (Cl-), ambas sustancias de acción bactericida.
La segunda es UNIONBAT SA, una fundición de plomo (Pb) y fábrica de acumuladores (baterías). Ésta es una actividad industrial con un alto potencial de contaminación, por la diseminación en superficie y la percolación de plomo hacia las aguas subterráneas.
Los efluentes líquidos del Parque, cloacales e industriales, son depurados por agitación aeróbica y luego vertidos a una cañada por la cuál seguirán su derrotero hasta el arroyo Gualeyán quien, terminará ofreciendo el tributo de sus aguas al río Gualeguaychú, apenas al norte de la toma de agua del pueblo y de los balnearios existentes en playas del Gualeguaychú, como Solar del Este.
La disposición de los desechos sólidos es responsabilidad de cada una de las empresas.
En nuestra recorrida encontramos, en el sudeste del pueblo y en las proximidades del río, la planta de tratamiento de efluentes cloacales puesta en marcha en mayo de 2005.
La vieja planta, inaugurada en 1920, dejó de prestar utilidad en la década del setenta. Desde entonces, y por cuarenta años, los efluentes cloacales fueron vertidos sin tratamiento alguno al manso y meandroso Gualeguaychú, en las proximidades de la desembocadura del arroyo del Cura.
El río, sin prisa ni pausa, ha llevado durante todos esos años su rico contenido hasta el mismísimo bal-neario Ñandubaysal, sin que los bañistas advirtieran o fueran advertidos del fenómeno y de cómo el mismo podría afectar la calidad de las aguas que disfrutaban.
Con la nueva planta de tratamiento, según proclama la alcaidía, acabó una dolorosa historia. En realidad, la decisión de construirla se tomó después de que una gran inundación desparramara «urbi et orbi» los efluentes de referencia y, sin embargo, se demoró varios años más en concretarla.
Durante el paseo por la planta de tratamiento, encontramos una sala de «cloración» donde se encuentran tres grandes cilindros conteniendo, cada uno, 900 kg de «cloro elemental». El cloro (Cl2) se utiliza para desinfección de los efluentes antes de verterlos a la cañada Las Achiras por donde son conducidos al Arroyo del Cura y finalmente al perezoso Gualeguaychú. Desde luego ese proceso, dependiendo de la cantidad de materia orgánica disuelta, produce compuestos clorados de toxicidad variable.
Los sólidos decantados tienen que ser retirados, como barros, de las piletas y dispuestos sobre la playa de secado. Este proceso deberá hacerse cada dos años. Una «barrera forestal» (¿eucaliptos?) funcionará ante la «eventual» generación de olores, evitando que estos se propaguen a las zonas aledañas?.
Hace muchos años que el Carnaval del pueblo es famoso. Se celebra en el corsódromo, donde desfilan las comparsas, construido a lo largo de las viejas instalaciones ferroviarias que se encuentran a no más de 1500 metros de la Planta sanitaria.
Al pueblo y al Carnaval se accede por la ruta 14, quedando la costa occidental del río Uruguay a más de 15 km de distancia del corsódromo. Los turistas que visiten el pueblo y disfruten del Carnaval podrían no ver nunca la planta de celulosa. Y si se acercaran a las playas del Uruguay la verían a lo lejos, en el horizonte. El Carnaval, que es la principal atracción turística de la ciudad, no se verá afectado. Más aún, según Sebastián Bel
[12], Gualeguaychú se apresta a vivir «la mejor temporada turística de la historia».
¿Porqué, entonces, tan enjundiosa irracionalidad?
¿Girondinos, Montañeses y Sans-culotterie?
¿Pueblada? ¿Revolución? ¿Estallido? Ante tales interrogantes, Roberto Cagnoli (comerciante) respon-día: «Llámenlo como quieran, pero la verdad es que la historia cambia cuando el pueblo pone el cuerpo en la calle y es lo que estamos dispuestos a seguir haciendo»
[13].
En los primeros meses del mes de 2006, Tirso Fiorotto
[14], escribió un artículo para La Nación donde analizaba quien era quién en la Asamblea. Según su apreciación «el piquete está formado por la típica clase media, y allí la mayoría reniega del mote de piqueteros». Uno de ellos ratificaba su pertenencia de clase: «Nosotros no somos unos muertos de hambre, no andamos con máscaras».
Efectivamente, la mayoría de los participantes pertenecen a distintas capas de la burguesía local. Como dice Fiorotto, «los barrios pobres de Gualeguaychú parecen más ocupados en sobrevivir, y no muestran tener la misma visión crítica». Coincidentemente, durante la Revolución Francesa (1792), los trabajado-res asalariados tuvieron una escasa participación.
La burguesía de entonces reclamaba libertad, objetivo no muy atrayente para el parisino asalariado que, además, no cobraba el jornal si no cumplía con su trabajo. Esta burguesía reclama por su «calidad de vi-da», mientras, Juan Andrés Bogado (24), su compañera Rocío Jiménez (25) y sus siete hijos sobreviven en su rancho, en un terreno que no es propio, y reclamando autorización para pescar con redes (para su subsistencia) en las aguas del río, frente al balneario Solar del Este
[15]. Juan y su familia forman parte de las 13.000 personas con necesidades básicas insatisfechas en Gualeguaychú.
Aquí vive Juan Bogado y su familia. No es piquetero «paquete».
Entre nuestros girondinos tenemos a los empresarios más importantes de la zona y algunos otros a quienes la radicalización podría, eventualmente, perjudicar. Uno de ellos defendía su condición cuando se discutía una nota dirigida al gobierno nacional: «Si hablamos de capitalismo, estamos corriendo de lugar a los que acá somos capitalistas, tenemos que incluir, no expulsar». Lo hacía rechazando la propuesta de algún jacobino del Ejercito Alpargatista
[16], probablemente.
Finalmente, jacobinos y sans-culottes han ido ganando terreno. En su camino ascendente, ya han guillotinado un par de girondinos (Rubio y Melo) acusados de traidores. Sin embargo, la escena actual parece estar dominada por la sans-culotterie (artesanos y tenderos
[17]), siendo sus representantes más destacados el pizzero Pouler y el almacenero Fritzler.
Sus posiciones extremistas contra la industria forestal, incluida la producción de celulosa, y los cortes de ruta buscan perjudicar al pueblo uruguayo (como lo han expresado los asambleístas en incontables oca-siones). Y lo hacen. Sin embargo, también perjudican a los pobladores de todo el Litoral.
Desde su posición egoísta, por la cuál sólo cuentan sus intereses económicos o políticos o sus creencias, olvidan los intereses o creencias de los otros. Han llevado su fanatismo al punto de no retorno. El jaco-bino Rivollier, a quién estoy escuchando, a través de la radio mientras escribo este párrafo, confirma mis temores cuando explica, al periodista que lo entrevista, que ya no puede dar marcha atrás.
El desarrollo de la industria forestal, con todo su enorme potencial, es una oportunidad única para sacar a las provincias mesopotámicas de la pobreza, para contribuir al desarrollo nacional, para aumentar la cooperación con Uruguay y el resto de los países del MERCOSUR, promoviendo una más sólida y prove-chosa integración regional.
Lo que está haciendo la Asamblea, muy lejos de ser una contribución al interés nacional, es una zancadi-lla al desarrollo, a la eliminación de la pobreza, al afianzamiento de la amistad entre los pueblos y, final-mente, también un atentado contra el medio ambiente con su grosero e indiscriminado ataque contra industrias que se encuentran a la vanguardia de las tecnologías limpias. Y además, es un generoso aporte al desprestigio nacional.
Dicen que la Patria es un fusil y una bandera?
Algunos piqueteros de Arroyo Verde se sinceran y comentan en voz alta: «no hay que hablar más de contaminación, ahora el tema es la defensa de la soberanía»
[18]. Sus voces invocan los espectros del chauvinismo y como un conjuro la sentencia de Samuel Johnson, «Patriotism is the last refuge of the scoundrel» [19] , se sacude el polvo de los siglos ante mi.
Más de una vez la razón de nuestra gente se ha extraviado en los devaneos románticos del patriotismo. No es ésta una inclinación particularmente nuestra. Sin embargo, es claro que tenemos una clara voca-ción por la grotesca teatralidad de nuestros «sentimientos nacionales».
Nuestros gobernantes, emergentes de la sociedad a la que representan, son particularmente propensos a la exhibición y uso de un «patriotismo» histriónico y demagógico. Lo hacen, tal vez, porque el objetivo de la propaganda es afirmar la armonía entre el líder y sus seguidores.
La gente cubría la Plaza de Mayo, en el balcón el General se dirigía a la multitud rugiente:
«Que sepa el mundo, América, que un pueblo con voluntad decidida como el Pueblo Argentino: Si quieren venir que vengan, les presentaremos batalla».
La enorme pancarta, que flotaba sobre las ca-bezas de los manifestantes, se agitaba frenética y proclamaba: 150 años pirateadas, al fin recuperadas.
Escribía Marx en 1852: «Hegel afirma en alguna parte que todos los grandes hechos y personajes de la historia universal aparecen, diríamos, dos veces. Pero, se olvidó de agregar: una vez como tragedia y la otra como farsa» [20]
La gente colmaba el Salón Sur de la Casa Rosada, detrás del atril el Presidente se dirigía a la abigarrada concurrencia: «cuando uno va a dar batallas, cuando va a dar luchas por las convicciones de un país, como en este caso la defensa del medio ambiente, y que allí estuvimos el Gobierno Nacional y los gobiernos provinciales asumiendo como causa nacional,»como causa nacional«, la defensa del medio ambiente en Gualeguaychú».
[21]
El General compadreaba contra la OTAN como un gran estratega. El Presidente lo hace contra Botnia, contra el Banco Mundial haciéndose eco de las palabras del jacobino Rivollier: «Nos tocó pelear contra el orden mundial»
[22]. Aunque en realidad se dedica a halagar a la asamblea y ofender al Uruguay, como corresponde a un gran «patriota».
José Gómez Fuentes nos alentaba desde la pantalla del televisor: «¡Vamos ganando!»
La Picolotti lo hacía desde Washington anunciando que habían demorado por 4 días la decisión del Banco Mundial.
El presidente se enfurece con algunos periodistas que le señalan el fracaso de sus «tácticas» demagógi-cas. Nos recuerda el Beagle cuando se opuso a la mediación papal, mientras hoy promueve la mediación de los Borbones. Nos recuerda su lucha por los Hielos y, cuando la mediación de la OEA falló en nuestro favor, quiso hacer un asado con los gendarmes del Lago del Desierto para festejar la «victoria» sobre los chilenos. Y hoy para completar su periplo latinoamericanista promueve las más diversas agresiones hacia el Uruguay.
No hay que reprimir a los que cortan las rutas como se hace en Santa Cruz. Hay que ayudar a la gente de Gualeguaychú a conocer la VERDAD, hay que garantizar que los disidentes puedan expresarse sin temor, hay que garantizar los derechos constitucionales, hay que ganar ciudadanos y no adeptos.
El Presidente, en el discurso del Salón Sur, citó a Martin Luther King para contarnos su propio sueño. Sin embargo, el suyo en nada se asemeja al de King quien decía a la multitud de la marcha a Washington en 1963
[22]:
"¡Hoy tengo un sueño!
Tengo el sueño de que algún día cada valle será elevado, y cada colina y montaña serán allanadas. Los lugares ásperos serán aplanados y los lugares torcidos serán hechos rectos, y la gloria de Dios será revelada y todo el género humano se verá unido.«En el final del libelo, habré de confesar mi amor por la Patria, apasionado, porque la Patria,»la Patria son mis hermanos que están labrando la tierra" [23] en ambas orillas del río de los pájaros.
Mario Féliz
Profesor de Química
Universidad Nacional de la Plata
mfeliz@ciudad.com.ar
NOTAS
1.
De cómo los irlandeses salvaron la civilización, Thomas Cahill, G.Ed.Norma.
2.
En htpp://personales.ciudad.com.ar/mfeliz/ puede encontrarse ese trabajo y otros sobre el tema.
3.
Alusión a los sacrificios humanos efectuados ritualmente por los mexicas.
4.
En www.ambienteydesarrollo.com.ar se puede encontrar información sobre la industria.
5.
Las fotografías y el análisis de cómo fueron tomadas fue obtenido del Instituto de Ciencia e Investigación dirigido por J.Balseiro-Savio.
6.
Nos referimos al film The Truman Show protagonizado Jim Carey.
7.
Las referencias a Theodor W. Adorno proviene de Ensayos sobre la propaganda fascista, Ed.Paradiso.
8.
Publicado en www.perfil.com 23/11/2006
9.
Trabajo inédito de L. Anastasía
10.
Hamlet, Príncipe de Dinamarca, W.Shakespeare.
11.
Diario El Argentino de Gualeguaychu, 25/10/2006
12.
Sebastián Be l, Titular del Consejo Mixto Turistico de Gualeguaychú. www.maximaonline.com.ar 28/11/2006
13.
Marta Dillon desde Gualeguaychu, Pagina 12, 14/10/2006
14.
Tirso Fiorotto, articulo publicado en La Nacion 23/04/2006 y en www.cronistadigital.com
15.
Osvaldo J.Sosa en El Dia de Gualeguaychu,
16.
Entre los militantes asambleístas hay un grupo autodenominado Ejército Alpargatista de Liberación Nacional catalogada por Fiorotto como ambientalistas anarquistas. Los más conocidos son Emilio Vitale y Flaco Claret.
17.
La Revolución Francesa, Albert Soboul, Ed.Hyspamérica
18.
Beatriz Sarlo, Perfil 26/11/2006
19.
Samuel Johnson, poeta y ensayista británico (1709-1784)
20.
K.Marx, El 18 Brumario de Luis Bonaparte, 1852.
21.
Los dichos del Presidente corresponde al discurso pronunciado 22/11/2006 en la Casa Rosada.
22.
Reportaje publicado en www.lavaca.org
23.
Discurso de Martin Luther King pronunciado en la marcha a Washington el 28/08/1963
24.
Poema español anónimo.