BRECHA | SOCIEDAD | Pág. 19 | 18/05/2012
Escrito por: Raúl Zibechi
Por primera vez un organismo estatal toma en sus manos el impulso al software libre, una intención que figura en el programa de gobierno del Frente Amplio, pero que encuentra muchos y muy opacos obstáculos para su desarrollo.
Un Uruguay al revés. Entre las 200 personas que asistieron a la inauguración de la Conferencia Internacional de Software Libre y Código Abierto en el auditorio Mario Benedetti en la Torre de las Telecomunicaciones, más del 90 por ciento eran jóvenes. Había incluso adolescentes, púberes que suelen destacar como programadores e innovadores. Entre ellos el asturiano Luis Cula adopción de gnu-Ende, de sólo 17 años, que creó el sistema operativo Asturix, una distribución de gnu-linux basada en Ubuntu, cuando tenía 13 años, ganador del premio a los mejores proyectos de innovación en Campus Party Europa 2010.
Durante la inauguración del evento, realizado desde el 9 hasta el 11 de mayo, la presidenta de Antel, Carolina Cosse, señaló que el software libre «es uno de los motores de la sociedad del conocimiento» a tal punto que la empresa estatal «decidió darle una importancia estratégica al software libre para el desarrollo interno». Cosse agregó que imagina en Uruguay una multitud de pequeños emprendimientos dedicados a las telecomunicaciones como parte del proceso de innovación en torno al software libre.
Entre los varios extranjeros, destacaron las presencias del estadounidense Jon Hall, director de Linux Internacional, y del brasileño Corinto Meffe, director del Departamento de Integración de Sistemas de Información del Ministerio de Planificación. Hall tiene una larga experiencia en computación: en 1969 se inició como programador en empresas comerciales de software propietario hasta que en 1994 conoció a Linus Torvald, quien a los 21 años creó la primera versión del sistema operativo Linux, que en dos décadas ha sido desarrollado por la contribución de programadores y usuarios. Hoy Linux Internacional es una organización sin fines de lucro de profesionales de la informática que desean apoyar y promover la adopción de gnu-Linux como sistema operativo.
Hall destacó que libre no significa gratuito y que la contradicción es entre cerrado y abierto. Dijo que el 69 por ciento del software que se utiliza en Uruguay es pirateado, lo que coloca al país en un honroso undécimo puesto. Y destacó que la adopción de software libre permitiría la creación de 5.600 empleos de programadores que desarrollarían el producto dando al país un amplio margen de soberanía.
Brasil se ha convertido en vanguardia mundial en software libre, con la masiva migración de los organismos e instituciones estatales a esa modalidad, incluyendo a las Fuerzas Armadas por razones de seguridad y soberanía, y por el desarrollo de un portal de software público del que se alimentan empresas privadas y estatales, así como usuarios brasileños y extranjeros (véase Brecha, 22-VII-11).
El ingeniero en telecomunicaciones Gregory Randall, pro rector de Investigaciones de la Udelar, dijo que «debemos pensar el software libre como metáfora o inspiración para otras esferas del conocimiento» (véase recuadro). Helius Ferreira y Carlos Pírez, del Centro de Estudios de Software Libre de Uruguay (Cesol), inspirados en el ejemplo brasileño propusieron la creación de un repositorio de software público "donde pueda concentrarse
la documentación de las experiencias ya existentes".
De ese modo, sostienen, el gobierno dejaría de ser sólo un usuario de software libre para impulsarlo y ponerlo a disposición de los organismos estatales. Destacaron que tanto el bps como el Banco de Seguros, así como la Intendencia de Montevideo y varias dependencias de la Udelar, ya implementan software libre pero aún estamos lejos de «masificar estas experiencias».
«El dinero público sólo debe pagar una vez» por un servicio, dijeron en referencia al despilfarro que supone que cada dependencia compre programas propietarios por separado sin poder compartirlos con otras. En opinión de los integrantes de Cesol, «el Estado es actor estratégico porque es el que mayores garantías puede brindar de persistencia del acceso a los datos en el tiempo», en referencia a la conocida caducidad que las multinacionales suelen imponer a sus programas.
Dado el notable éxito del portal de software público de Brasil, y de la reciente creación de portales similares en Argentina y Paraguay, adelantaron la propuesta de crear un portal nacional, en camino a la creación de un portal internacional de uso público como proponen las Naciones Unidas. «En Uruguay hay muchas dependencias estatales que usan el programa Cacique, creado en Brasil, y se utiliza mucho más software libre del que pensamos, pero aún falta decisión política para darle un empujón decisivo», sintetizó Ferreira.
Daniel Viñar, en representación del Grupo slu (Software Libre en la Universidad de la República), integrado por estudiantes, profesores, funcionarios y técnicos, presentó el proyecto en el que vienen trabajando desde hace casi dos años a raíz de la convocatoria realizada por Extensión Cultura, para desarrollar los fundamentos que lleven a la institución a promover el software libre que supondría un salto cuantitativo ya que contaría con más de cien mil usuarios.
A una semana de finalizada la conferencia, ningún medio de prensa (ni de «derecha» ni de «izquierda») se hizo eco del evento, ni siquiera por la presencia de algunos de los más destacados impulsores del software libre en el mundo. ¿Será, como constató Randall, por el escaso interés en la innovación (y la libertad) que tienen o, como apuntaron los miembros de Cesol, por la escasa voluntad política existente?
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BRECHA | SOCIEDAD | Pág. 19 | 18/05/2012
Con Gregory Randall.
Saltando las tranqueras del conservadurismo El pro rector de Investigación de la Comisión Sectorial de Investigación Científica, ingeniero en telecomunicaciones sostiene que el software libre es un modelo para potenciar la innovación y la libertad.
- Usted sostuvo que existe una estrecha relación entre los principios del software libre y la segunda reforma universitaria.
- Uno de los aspectos que incluye la reforma es la idea de la Universidad para el desarrollo y de ampliar el acceso al conocimiento a la mayor cantidad posible de personas. Tenemos que lograr que en este país se expanda la innovación y la investigación en todas las áreas del conocimiento y en todas las capas sociales para que se convierta en un país de
aprendizaje y conocimiento. Un componente para hacer esto realidad es una especie de actitud de los jóvenes, sobre todo, de sentir que podemos, de intentarlo, de meter las manos en la masa para cambiar y transformar la realidad.
El movimientos del software libre ha conseguido articular la energía creativa de millones de personas; de una manera cooperativa, a partir de un conocimiento preciso de esas tecnologías, construyen soluciones que tienen algunas virtudes que no tienen otras aproximaciones al desarrollo de software.
El movimiento pone en juego la inteligencia colectiva y una extraordinaria plasticidad para adaptar herramientas tecnológicas muy concretas a las realidades locales, articulan conocimiento complejo con participación colectiva desde la realidad de la gente. Es una ecología de la innovación, un vivero de estructuras diversas, pequeñas, en red, donde cada uno desarrolla lo que sabe hacer y lo comparte. Desde la investigación universitaria tenemos que inundar a Uruguay de ese espíritu.
Luego mencionaba la democratización del conocimiento. El colectivo de software libre está poniendo sobre la mesa la cuestión de la libertad, de apropiarnos todos del conocimiento y que no quede en manos de un pequeño grupo propietario del conocimiento como es hasta ahora. - Dijo que prefigura una sociedad diferente a la actual.
- Es un movimiento basado en la generosidad, en la cooperación y no en la competencia, un modelo en el cual cada uno aporta sus capacidades, y lo más interesante es que funciona, sus productos tienen excelencia técnica, ganan parte del mercado y permiten que una parte de la población viva de eso. A quienes somos de izquierda, el siglo xx nos demostró que los pueblos pueden tomar el poder, pero el sistema que surge de allí hasta ahora no ha demostrado que funcione ni que sea estable.
El movimiento de software libre viene a mostrar que un mundo basado en la cooperación es posible, y que el placer, porque lo hacen con alegría, puede ser una fuerza productiva. En ese sentido el movimiento de software libre es un pedacito de una nueva sociedad. - También dijo que somos una sociedad conservadora, donde la innovación tropieza con serias dificultades. ¿Cuáles serían las razones?
- No lo sé. Creo que hay varios aspectos. Por un lado, una parte del empresariado uruguayo se dedica a la intermediación o a la exportación de bienes con escaso valor agregado. No aparece por tanto la necesidad de innovar. Por otro lado hay una tradición que no mira bien el ser emprendedor, ganar más dinero que otros, se valora el trabajo estable para toda la vida. Eso se ve incluso entre los estudiantes.
- La Universidad se está expandiendo hacia el Interior con una propuesta de innovación. ¿Eso incluye el software libre?
- La Universidad aún no tiene una decisión sobre el software libre, existe un grupo de universitarios que han elaborado un documento que se está debatiendo. Tenemos un programa muy ambicioso en cuanto a la expansión hacia el Interior basado en tres ideas: crear tres centros universitarios regionales que empezarán a funcionar en 2014, con sus claustros, consejos y autonomías administrativas. La segunda son los programas regionales de enseñanza terciaria, para sumar esfuerzos institucionales. Y en tercer lugar,
para no hacer Universidad de segunda, queremos radicar en los lugares docentes muy calificados, con dedicación total, con laboratorios y equipamientos adecuados para desarrollar investigación en el lugar. Serán polos de desarrollo universitario. Decidimos crear 200 cargos de dedicación total, 70 de ellos ya son efectivos y más de 20 son doctores que han venido del extranjero y se están radicando en ciudades del Interior.
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