Un puerto pivote de aguas profundas, una planta regasificadora, un gasoducto de 230 quilómetros, una planta de ciclo combinado para la generación de energía eléctrica, el reacondicionamiento y tendido de líneas férreas de oeste a este, la remodelación de puertos fluviales, la adecuación de ejes carreteros y la construcción de un puente binacional sobre el río Uruguay: tales son los elementos principales de un megaproyecto, con una inversión privada y estatal de 2 mil millones de dólares, que el gobierno de Tabaré Vázquez viene estudiando como motor del desarrollo productivo del país y que convertiría a Uruguay en protagonista de un proceso de integración regional con el objetivo estratégico de potenciar al Cono Sur como vínculo entre Asia y Europa en el flujo del comercio mundial.