En el mundo globalizado en que vivimos es tan falacioso como perimido pretender que lo que sucede en tal o cual país es estrictamente asunto de quienes viven en su territorio.
A contrapelo de las democracias contemporáneas sin embargo, la derecha uruguaya postula que quienes no viven en el país no deben elegir a los gobernantes y a los legisladores porque ellos no padecerán luego las consecuencias del sufragio que emitan, es decir las políticas que aplicarán las autoridades elegidas con su (…)