Futbol - La máquina celeste

¿De donde viene la famosa garra charrúa? ¿Como es posible que ese sentimiento de valores futbolísticos sean transmitidos, por no se cuales de los genes de padres a hijos, de generación en generación? Misterio de la naturaleza criolla.

Lo cierto es que son valores que están allí, en lo profundo del ser uruguayo, aunque sean jóvenes que en su mayoría crecieron en Francia, de padres uruguayos.

Y vos me dirás, “ojo al gol! Estamos a pocas cuadras de Colombes, a unos pasos de Amsterdam.” Las tribunas del Estadio Centenario, te dice algo?

Claro que me dice, y como! Allí esta la madre del cordero...y aclaro que esta es una expresión popular, que me salió a relucir a lo criollo mismo. Hablando en cristiano, esa es la clave del misterio.

Se lo comentaba a unos amigos franceses pocas horas antes de la final del mundial de Francia en el 98. Van a ver, Zidane los va a llevar de la mano al primer titulo mundial y los gurises franceses van a recoger el fruto maduro. Y así fué. A partir de ese momento, los franceses dejaron de tener ese complejo de inferioridad futbolística con Alemania, le perdieron respeto a Brasil, así como los uruguayos pasamos a mirar a los brasileros como un equipo al cual de vez en cuando se le ganaba como a cualquier otro. Es un lujo que se pueden dar los futbolistas originarios de ese pequeño club cerrado que forman los países campeones del mundo.
Y Uruguay tiene dos estrellas olímpicas, porque todavía en 1924 y 1928 no existía la FIFA, mas dos títulos mundiales en 1930, en Montevideo. Y el famoso Maracanazo del 50, en Brasil, "s’il vous plait!"
Y si no, como explicar que Pablito Boubet se para en la cancha y nos hace pensar en el Tito Goncalvez de la gran época del Peñarol de los 60’s? Y como se pone el cuadro al hombro y arranca llevándose a la defensa consigo haciendo desarmar el medio-campo adversario?

Como explicar que el Chino Martinez con esa falsa manera de ser lento, cubre la pelota y maneja los tiempos desde media cancha, hasta que tiene al golpe de vista la solución para el pelotazo justo? Y después salen los latigazos de cambio de ritmo con Vladimir Martinez, Fede Boubet, Sebastian Rodriguez, todos encarando a la defensa y llegando al gol ... Valentin Medina buscando cambios de frente y arranques con dribles descarados. Desequilibrando al adversario, haciendo el imprevisible pase de gol.

Y todos con esa técnica intuitiva del gurí de campito, aquello que hace la diferencia entre el rigor europeo y la cultura futbolera sudamericana. Saber utilizar el maneje de pelota con todas las superficies del zapato, pisadas con la zuela, efecto con el interior, efecto externo ... Ya sé, estoy demasiado técnico en el comentario, pero es eso el legado de los campeones de ayer.

Y si a todo eso le agregamos el peso histórico de esa camiseta celeste...
Goool, Uruguay noma’ ! se volvió a escuchar en la cancha, después de 10’ de dominio frente al área de un Cité Notre-Dame, disminuido que jugó con un hombre menos. Uno de los tantos tiros que fueron probando los celestes tocó el fondo de la red, y asi fue que el "Pelao" S. Rodriguez abrió el marcador. Despues arrancó la màquina y el segundo partido del campeonato se convirtio en goleada. En el segundo tiempo se emparejaron los equipos pasando a jugar con 10 de cada lado, pero la maquina seguía arrolladora y todo lo que intentaban los celestes salía como de pizarra. Los laterales de la defensa utilizando todo el espacio a lo ancho y largo de la cancha, el centro justo hacia atrás. Secuencias de toques rápidos y conclusión con goles brillantes.

La alegria de “jugar” en todo el sentido que tiene esa palabra. El sentimiento de formar parte de algo que funciona, la admiración de cada uno frente al gesto justo de un compañero.

Cuando el futbol se convierte en goce.

Poco más queda por decir de este partido en que pese a la gran diferencia técnica y táctica, nunca se le perdió el respeto al adversario y en ningun momento hubo un mal gesto a lo largo del encuentro, por parte de los dos equipos.

El "Negro" Cardozo hizo su primer partido de golero, y si no se aburrió tras la falta de exigencia por parte del ataque del Notre-Dame, fue porque disfrutó del trabajo de sus compañeros y salió de la cancha con la sonrisa y un “Que divino como juegan los gurises, bo”.

En la defensa Pablo fue el hombre de la cancha, bien acompañado por S. Pittaluga que se adueñó del medio-campo defensivo en incansables vaivenes de area a area. El Fede Trigo con su ya conocida seguridad y el rigor de los grandes liberos yoruguas, no dejó pasar una. Diego Sastre estuvo muy presente en el lateral izquierdo y terminó casi de atacante porque le sobraba espacio. Vamos a ver si seguimos afirmándonos como punteros del campeonato, y mantenemos esa calidad de juego en los próximos compromisos, que deberían ser mas duros.