El documental «Tus padres volverán», que trata el exilio de los uruguayos en la última dictadura del país (1973-1985), iniciará la próxima semana una gira por 10 ciudades europeas con el apoyo de la Organización de Estados Iberoamericanos para suscitar el debate sobre el fenómeno migratorio universal.
Así lo dijo hoy en entrevista con Efe su director, Pablo Martínez, cuyo documental, estrenado en 2015, cuenta la historia de un grupo de 154 niños, hijos de exiliados políticos, que en las fiestas navideñas de 1983 fueron enviados por sus padres a Uruguay para reencontrarse o conocer por primera vez el lugar de sus orígenes.
«Algunos de ellos dicen que es el abrazo que no podían dar a sus familiares. Pero atrás de eso había una maniobra política para mandar un mensaje en contra de la dictadura y a favor de los derechos humanos», explicó el realizador sobre el objeto del documental.
Los niños fueron recibidos por una caravana que cruzó la ciudad encabezada por los diez autobuses que transportaban a los niños, que luego fueron acogidos por sus familiares en Uruguay durante las tres semanas que permanecieron en el país al que sus padres no podían volver.
«Este viaje repercutió de una forma diferente en sus vidas. Para los más chiquitos pudo haber sido más incomprensible, más duro de entender (...). Para los más grandes fue un reencuentro con el Uruguay. Lo vivieron como una fiesta muy importante, ya que para ellos era muy importante entregar el mensaje de sus papás», explicó Martínez.
El análisis que el largometraje hace sobre la racionalización que posteriormente realizaron estos niños sobre el viaje busca suscitar el debate y la reflexión sobre el exilio como un fenómeno con el que cualquier espectador -no necesariamente uruguayo o relacionado con el período que aborda- puede conectar, matizó el cineasta.
Por eso, con el apoyo de la OEI, de las comunidades uruguayas en el exterior y de la Dirección General de Asuntos Consulares y Vinculación de la Cancillería uruguaya, la semana próxima Martínez iniciará una gira durante febrero y marzo que incluirá Madrid, Viena, Milán, Turín, París, Bruselas, Oslo, Gotemburgo, Estocolmo y Barcelona.
Aunque originalmente consistiera en cinco ciudades, el interés de las comunidades uruguayas por difundir esta obra fue tan grande que con el apoyo de particulares, que ofrecieron alojamiento, comidas y transporte, llevó a que se duplicara el número de ciudades para aportar a una reflexión universal sobre el exilio.
«(La película) va mucho más allá del hecho concreto de la llegada de los niños, sino que se plantean temas de conflictos familiares y de identidad. La película pone de vuelta sobre la mesa el tema del exilio y lo que ha sufrido y lo que le ha tocado vivir al exiliado», indicó el creador.
Por este motivo, considera que el debate del documental puede «trascender más allá del Uruguay» y «de un hecho concreto histórico» de ese país.
Y es que el contexto actual, con la crisis migratoria en Europa, el asunto merece, según Martínez, ser objeto de reflexión de las audiencias.
«(Hay a quienes) les parece que el exiliado va a robarles el trabajo. En realidad el exiliado vive un conflicto muy grande interno, el exiliado es justamente exiliado y no quiere estar en ese lugar», planteó el cineasta.
Este es el motivo que llevó a que la OEI dedicara sus esfuerzos a la difusión internacional de este documental, ya que «la memoria y la identidad» se encuentra entre las líneas de trabajo fundamentales del organismo, explicó Ignacio Hernaiz, su director en Uruguay.
«(La película) está dando una respuesta a un tema que tuvo que ver con el dolor, con el exilio, con el resultado de luchas por la justicia social y por la libertad», dijo el representante de la OEI, que trabaja en el país suramericano con uruguayos retornados y otros migrantes.
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